Me voy con mis amigas a quemar Madrid. Bueno, entendedme: cuando digo 'quemar' quizá quiera decir visitar el Thyssen, pasear, ver una comedia, tomar dos vinos y acostarnos pronto porque el domingo hay que ir al rastro. Bueno, cada uno quema Madrid como le parece! En fin, que nos tomamos un kit-kat en nuestras vidas de mamás- trabajadoras-amas de casa y nos escapamos a la capi. Y estoy como una niña antes de salir de campamento. Ilusonada, nerviosa y algo preocupada. Lo que más me preocupa es, como siempre que salgo, la maleta. Esta vez no hay problemas de espacio, ya que es la primera vez en mucho tiempo que sólo tengo que pensar en mí. Sin embargo, tener una amplia maleta para tí sola implica, al menos para una mujer que se precie, una gran responsabilidad: ya no hay excusa para que no sea perfecta. Los hombres no lo entienden porque tienen una capacidad de 'previsión' muy diferente a la nuestra. Son capaces de ir a Mercadona sólo para comprar la cascaruja (curiosa palabra), las cervezas y las patatas para el partido, pero no se acordarán del abrigo o de los guantes del niño si vamos a la nieve.
A la hora de hacer una maleta, nosotras debemos cubrir todos los posibles '¿Y si...?'. ¿Y si llueve?: gracias Internet por responder a esta crucial pregunta. ¿Y si refresca por la noche? ¿Y si hace un calor de narices durante el día? ¿Y si se me cae el vino y me mancho? ¿Y si se me rompen las medias? ¿Y si en el teatro ponen el aire acondicionado muy fuerte y no me pega el foulard que he echado? ¿Y si, para que me combine con el foulard me pongo el otro vestido y ya no me pega el collar? ¡Dios mío!¿Y si me viene la regla? Y en caso de que no 'toque', ¿Y si tengo un desarreglo? Bueno, llamadme retorcida, pero todo esto puede pasar, así como los otros 30 'ysis' que pasan por nuestras cabecitas y que son respondidos a la velocidad del rayo, haciendo que cualquier maleta, por grande que sea, se llene hasta rebosar.
Al final, cuando crees que ya lo tienes todo, cuando has repasado una y otra vez lo que te vas a poner en cada momento, lo que vas a necesitar de aseo, has cogido el bolso con las entradas al teatro y el billete del tren, llevas las tarjetas, el DNI, dinero... va todo pero aún sientes que falta algo. Algo se te olvida, seguro. Seguro que no tiene importancia. No importa.
Mañana me iré con esa sensación, pero esta vez será especialmente triste, porque esta vez sé qué es lo que me falta. En una reunión de amigas, sobre todo cuando el grupo es reducido, cuando falta una, se nota. No nos hemos ido aún y ya se nota. Me faltan las 10 llamadas que me tendría que haber hecho hoy para preguntarme lo que me voy a llevar, me falta pasar a por ella, me falta su cachondeo y sus risas, nos va a faltar su ilusión por todo, sus canciones y su baile desacompasado para hacernos reir... nos ha faltado tantas veces desde que se fué que ya deberíamos estar acostumbradas. Pero no. Sé que lo vamos a pasar muy bien este fin de semana, pero también sé que nos va a faltar. Mucho.
Datos personales
- Marta Domínguez Bernabé
- Nacida en Almería, de la que he heredado la exageración andaluza y la contundencia de sus desiertos, quizá también la libertad de su mar.La huerta murciana me adoptó con tan sólo 6 años de edad, y tan bien me ha criado, que ya soy más murciana que las habas. Fiel amiga de mis amigos, aunque cada vez seamos menos."Enganchada" al que yo creo que ya antes de que naciera estaba destinado a ser mi compañero, y a esos pequeños seres que dia a dia nos obligan a recordar que el tiempo vuela,y que es mejor volar con él que quedarse en tierra.
jueves, 7 de abril de 2011
LA MALETA
Publicado por
Marta Domínguez Bernabé
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Siempre que leo esta publicacion , me río al comienzo y termino llorando al final. Besos
ResponderEliminarA mi me pasa lo mismo.
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