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Nacida en Almería, de la que he heredado la exageración andaluza y la contundencia de sus desiertos, quizá también la libertad de su mar.La huerta murciana me adoptó con tan sólo 6 años de edad, y tan bien me ha criado, que ya soy más murciana que las habas. Fiel amiga de mis amigos, aunque cada vez seamos menos."Enganchada" al que yo creo que ya antes de que naciera estaba destinado a ser mi compañero, y a esos pequeños seres que dia a dia nos obligan a recordar que el tiempo vuela,y que es mejor volar con él que quedarse en tierra.

domingo, 27 de noviembre de 2011

VOLVIENDO A LA NORMALIDAD

"Women have served all these centuries as looking glasses possessing the power of reflecting the figure of man at twice its natural size." (Virginia Wolf)
   Creo que ya es hora. Deberíamos estar más que preparados para normalizar de una vez por todas la relación de completa igualdad entre hombre y mujer. Nunca debería haber sido una relación de dependencia, de sumisión, inclusde esclavitud ; sin embargo, no sabemos a cuento de qué caprichosa creencia surgió la absurda idea de que la mujer es inferior al hombre en todos los sentidos, y por lo tanto incapaz de estar a cargo de las cosas importantes: la caza, la política, las copas... pero sí era ideal, ideal, para otros menesteres... qué te digo yo... limpiar la mierda que van dejando otros, o criar a los niños, con lo que ésto implica de dedicación completa y consiguiente renuncia al ocio y el cuidado del alma. Los hombres también decidieron que la mujer sería estupenda, estupenda, para servirles; para hacer de abnegada cocinera, camarera, sastre,  psicóloga, acompañante, florero, consolador...
   Pero ya está. Ya hemos llegado a un punto de desarrollo cognitivo tal que hemos comprendido que aquello no era normal, y lo rechazamos de plano. Entendemos, por ejemplo, que si el hombre necesita abandonar todos sus quehaceres y confiarlos a su mujer porque esta noche tenemos un partido importante en la tele que no podemos perdernos por nada del mundo, es tan normal como cuando nosotras necesitamos imperiosamente que el hombre esta noche se ocupe de las cenas, los baños y la plancha porque dan un episodio importante de nuestra serie favorita; y da igual que él considere que esa serie es una boñiga colosal, porque  nosotras también tenemos una opinión sobre el fútbol, y lo respetamos igual, ¿verdad? 
   Es un gustazo, de verdad, ver cómo los hombres han superado esa confusión que en tiempos les hacía pensar en su mujer como en una mezcla entre secretaria y madre, a la que hacían responsable de sus citas con el médico, sus llamadas a mamá, la compra de su ropa, la preparación de maletas... Ahora entienden a la perfección que su madre es su madre, y por lo tanto son ellos los que sienten la llamada amorosa y se lanzan raudos a por el teléfono, mucho antes de que la mujer tenga que decirles eso de "hace un mes que no llamas a tu madre".
   El hombre moderno entiende que, aunque esté casado, es mucho más agradable al mundo cuando va bien vestido y aseado, y por eso ha tomado las riendas de su propia imagen y ha decidido que es él mismo el más apropiado para comprarse unos pantalones, una camisa o unos calzoncillos, y por eso va de compras y le encuentra sentido a mirar y a buscar lo que mejor le queda o más le favorece, porque es consciente de las modas y del mundo que le rodea, y no quiere seguir haciendo el ridículo, o dejando que sea su mujer quien le ponga encima de la cama lo que se tiene que poner cada mañana. Aleluya!
   Aleluya porque ha llegado el día en el que podemos decir estas cosas y nadie se escandaliza. Aunque muy pocos hagan realidad esta normalización que tantas anhelamos, por lo menos ya ha llegado el día en que muchos hombres por fin reconocen que tenemos razón. Que queda mucho por hacer y que la mayor parte del esfuerzo ha de venir de su parte, pero también tenemos que aprender las mujeres que somos nosotras, las madres y esposas, las que hemos de educar a los hombres del futuro en una igualdad real, las que estamos cambiando el mundo al poner las cosas donde debían haber estado siempre, porque, aunque ellos no se den cuenta, esta revolución, así como las demás cosas importantes de la vida, es 'cosa nostra'. 
   Y recordad que, aunque en cada casa tenga matices diferentes, el cambio en todos los casos será la consecuencia de que nos queramos y nos quieran más, y de que por fin se bajen del burro y reconozcan que aquello NO ERA NORMAL.





sábado, 27 de agosto de 2011

DEAR NICK

I think it's already more than a month ago that you left us, and I still continue reminding myself that I must go and ask you when we're going to start our classes this year. It's really difficult to accept that, eventhough I can see your car at your door everyday, you're not inside. My dear neighbour, my teacher, my daughter's teacher, my friend. I'm sure you would have loved the wine that I was going to give you as a present for your excellent work, and your consideration towards both my daughter and I. As I write, I remember grammar and vocabulary questions that you clarified  for ever, and I thank you so much... You've left so many children alone for the next course... We're going to miss you so much...! I know it's no use to tell you these things now that you're gone;  we've got this terrible habit of telling the merits of a person when they're not listening! But still, if you  were, I would like you to know that your students adore you, that the hours of work and worry, of class preparation and  checking, your method and your teaching really worked; your patience, your kindness, your smile...they have already been settled in our hearts. You've become a well-konwn, beloved character in our neighbourhood, and I've heard not a single word of criticism or dislike regarding your person. That's a significant fact which nowadays is very rare to find, and is something that for sure I would be proud of having achieved. Thank you so much for your teaching, for your nice, intelligent conversation, and for having met you; you were a maravellous person, and we'll never forget you.

jueves, 7 de julio de 2011

ME GUSTA

Me gustan las sonrisas porque sí y de verdad. Me gustan las verdades aunque duelan. Me gustan los sabores fuertes y auténticos: el ajo, el tomate de pueblo, los dátiles, las almendras, las anchoas, el queso, los calamares, la cebolla, el pan, el vino... Me gusta el olor a nuevo, a libros, a coche a estrenar...  a sábanas limpias, a bebé recién bañado, a café, a tostadas, a primavera murciana, a madrugada de verano, a mar... Me gusta la lluvia en la playa, el levante, la calma, el calor de mis hijos, mi jardín, mi casa... Me gusta aprender, me gusta saber lo que no está en los libros,  me gusta el trabajo bien hecho, me gusta jugar, aunque no competir, me gusta conversar, y hasta discutir... Me gustan las pelis de terror en compañía, las palomitas, los polos de limón, las pipas... me gusta tener amigos y cuidarlos, me gusta compartir, me gusta ayudar, me gusta cantar y bailar, me gusta comer, me gusta amar...Me gusta no tener botón de 'no me gusta' en Facebook, me gusta poder cambiar de opinión, me gusta mejorar. A menudo me quejo de todo y casi siempre hablo más de lo que no me gusta. Hoy quiero cambiar y hablar más de lo que me gusta y me hace feliz que de lo que me disgusta y me deprime. Porque hay muchísimas cosas que me gustan y porque, aunque sea tan complicado, me gusta vivir.

viernes, 27 de mayo de 2011

SUEÑO QUE FUMO.

Hará ya más de cuatro meses que dejé de fumar. Y sigo fumando… en sueños. No lo paso bien, porque en realidad no soy yo la que fuma: es una especie de alter-ego a la que observo, entre  nerviosa e indignada. Esa otra-yo descarada ¿ignora que hemos dejado de fumar, o es que le da igual tirar todos mis esfuerzos a ese infinito cenicero al que van los de tantos y tantos otros que intentaron dejarlo sin éxito? Y ahí me quedo, mirando cómo se fuma uno tras otro, feliz y despreocupada, mientras yo intento convencerme de que ella no es real, no puede ser….
Un sueño nos parece a todos cuando recordamos que, no hace mucho, se fumaba en todos lados. Fumábamos en bares y restaurantes, pero también en el trabajo, hace unos años en las salas de fumadores, que ya nos parecían una medida de apartheid, pero antes de eso se fumaba incluso en clase, los profesores y los propios estudiantes. Ahora soy incapaz de imaginar a uno de mis alumnos de primero de bachillerato (16-17 años) fumando en clase; sin embargo, yo lo he hecho (con lo jovencísima que soy!!), y me parece increíble. Me surgen preguntas aparentemente absurdas, como ¿dónde echábamos la ceniza y las colillas?, ¿Abríamos las ventanas en invierno para no morir asfixiados? ¿Era tan normal oler a humo aunque no fumaras que tu madre no sospechaba que habías estado toda la mañana en el pub haciendo pellas? Claro, es que en clase sólo faltaban las cervezas para que fuera prácticamente lo mismo!  En fin, yo no sé de eso, porque era una chica muy formal, que no faltaba a clase y que sólo fumaba en los exámenes. Bueno, y luego a diario en la facultad, en el autobús, el tren y el avión, en los comercios, en el descanso del teatro, en tantos sitios… que era muy fácil fumar a todas horas.

Poco a poco nos han ido acotando el terreno. Mucha razón tienen los que, en defensa del fumador pasivo y de los derechos de todos, han impedido que fumemos en lugares públicos donde estamos obligados a cohabitar, como en colegios, universidades, comercios,… Con reparos acepto la prohibición en bares y restaurantes, puesto que, bien divididos, podemos compartir establecimiento, o elegir aquel que mejor se adapte a nuestros gustos. Pero no creo que sea justo que sigan acotando. Si no por mí ya, al menos por esa otra Marta fumadora de mis sueños, y por todos los que aún siguen disfrutando (cuando les dejan) de este placer o vicio, vicio placentero o placer vicioso o viciado, lo que sea que tantos buenos ratos nos ha dado a algunos. No podemos privarles de ese cigarrillo del café, que tantas tertulias ha provocado. No les quitéis el de la playa, tras un buen baño y con los labios aún salados, ¡qué bien sabe, por Dios! No al aperitivo o a la copa sin un cigarro para quien así lo quiera. ¿Qué va a ser del ‘tienes fuego’ para ligar? Seguramente se convertirá en ¿tienes facebook? Bueno, quizá terminen aceptándose como amigos y compartiendo chistes y fotos, pero ¿no será mejor que compartan una buena conversación, aunque vaya aliñada con humo?

Fumar es un hábito no saludable, como la ingesta de alcohol o de colesterol, pero no es un delito (aún), así que dejemos algo de libertad al ser humano, para que, el que así lo desee, y sin perjudicar al prójimo, no elija siempre lo que es mejor para sí mismo, sino lo que más feliz le haga.

jueves, 7 de abril de 2011

LA MALETA

Me voy con mis amigas a quemar Madrid. Bueno, entendedme: cuando digo 'quemar' quizá quiera decir  visitar el Thyssen,  pasear, ver una comedia, tomar dos vinos y acostarnos pronto porque el domingo hay que ir al rastro. Bueno, cada uno quema Madrid como le parece! En fin, que nos tomamos un kit-kat en nuestras vidas de mamás- trabajadoras-amas de casa y nos escapamos a la capi. Y estoy como una niña antes de salir de campamento. Ilusonada, nerviosa y algo preocupada. Lo que más me preocupa es, como siempre que salgo, la maleta. Esta vez no hay problemas de espacio, ya que es la primera vez en mucho tiempo que sólo tengo que pensar en mí. Sin embargo, tener una amplia maleta para tí sola implica, al menos para una mujer que se precie, una gran responsabilidad: ya no hay excusa para que no sea perfecta. Los hombres no lo entienden porque tienen una capacidad de 'previsión' muy diferente a la nuestra. Son capaces de ir a Mercadona sólo para comprar la cascaruja (curiosa palabra), las cervezas y las patatas para el partido, pero no se acordarán del abrigo o de los guantes del niño  si vamos a la nieve. 
A la hora de hacer una maleta, nosotras debemos cubrir todos los posibles '¿Y si...?'. ¿Y si llueve?: gracias Internet por responder a esta crucial pregunta. ¿Y si refresca por la noche? ¿Y si hace un calor de narices durante el día? ¿Y si se me cae el vino y me mancho? ¿Y si se me rompen las medias? ¿Y si en el teatro ponen el aire acondicionado muy fuerte y no me pega el foulard que he echado? ¿Y si, para que me combine con el foulard me pongo el otro vestido y ya no me pega el collar? ¡Dios mío!¿Y si me viene la regla? Y en caso de que no 'toque', ¿Y si tengo un desarreglo? Bueno, llamadme retorcida, pero todo esto puede pasar, así como los otros 30 'ysis' que pasan por nuestras cabecitas y que son respondidos a la velocidad del rayo, haciendo que cualquier maleta, por grande que sea, se llene hasta rebosar.
Al final, cuando crees que ya lo tienes todo, cuando has repasado una y otra vez lo que te vas a poner en cada momento, lo que vas a necesitar de aseo, has cogido el bolso con las entradas al teatro y el billete del tren, llevas las tarjetas,  el DNI, dinero... va todo pero aún sientes que falta algo. Algo se te olvida, seguro. Seguro que no tiene importancia. No importa.
Mañana me iré con esa sensación, pero esta vez será especialmente triste, porque esta vez sé  qué es lo que me falta. En una reunión de amigas, sobre todo cuando el grupo es reducido, cuando falta una, se nota. No nos hemos ido aún y ya se nota. Me faltan las 10 llamadas que me tendría que haber hecho hoy para preguntarme lo que me voy a llevar, me falta pasar a por ella, me falta su cachondeo y sus risas, nos va a faltar su ilusión por todo, sus canciones y su baile desacompasado para hacernos reir... nos ha faltado tantas veces desde que se fué que ya deberíamos estar acostumbradas. Pero no. Sé que lo vamos a pasar muy bien este fin de semana, pero también sé que nos va a faltar. Mucho.

jueves, 10 de marzo de 2011

LA CRISIS...DE LOS CUARENTA.

No teníamos suficientes crisis...y ahora ésta. Los del 71  nos disponemos a traspasar la barrera de los 40 y a algunos nos afecta, la verdad. Los hay que ni se enteran, los hay que piensan que esto de la "crisis de los 40" es una chorrada, como lo de los antojos del embarazo (yo misma me encontraba en este grupo hasta hace pocos años), y los hay que simplemente lo sufren. A los de este último grupo nos podéis reconocer fácilmente: a menudo hacemos referencia a nuestra edad, a lo rápido que pasa el tiempo, nos mostramos hiper-nostálgicos con respecto al pasado, a nuestra juventud... Existen casos extremos, sobre todo en hombres,  que deciden vivir una segunda juventud, y se compran motos de gran cilindrada, empiezan a vestirse "raro", "intentan" ligar con jovencitas, salen más... en fin, todos hemos visto esa terrible degradación del hombre en crisis existencial. Creo que las mujeres no reaccionamos así, aunque seguro que habrá alguna excepción. Las mujeres tendemos a sentirnos deprimidas, tristes e impotentes ante el paso del tiempo. ¿Y por qué a los 40? Pues ni idea, puesto que en principio es un año más, como otro cualquiera. Quizá sea porque es a esta edad cuando en general se dan los cambios físicos más apreciables, y eso duele. Mientras pasan los años y te veas siempre más o menos igual... te vale, pero cuando empiezas a ver a una "persona mayor" en el espejo, te fastidia bastante, y supongo que lo seguirá haciendo hasta que te acostumbres a ese nuevo ser, que nada tiene que ver con lo que era. La crisis de los 40 se pasará cuando cese la disputa entre el 'era' y el 'soy'.
Me queda 1 mes para cumplir los 40 y no estoy nada contenta. Aprecio sinceramente las palmaditas en la espalda y los ánimos en plan "¿40!!? Pero si pareces mucho más joven!" o "Anda ya! ... Pero si estás hecha una cría!". La gente mayor que yo suele decir "Anda, hija! Si eres jovencísima!!" Ah, claro! Comparado con...??!! En fin, muchas gracias, de verdad, pero no cuela. La realidad es que mi columna se ha herniado ya por 3 partes, mi tiroides se cansó de funcionar hace ya tres años, cada día me descubro una arruga nueva, he tenido que dejar de fumar porque "ya soy muy mayor" y no doy buen ejemplo a mis hijos, he de luchar todos los días para no zamparme el frigo con imanes y todo, porque vieja y gorda ya sería demasiado...  Pero bueno, ¿qué puedo hacer? Me temo que nada. Tendré que esperar a que se pase. Lo malo es que mientras tanto, mi YO (mi carácter, mi pensamiento, mi espíritu) sigue intacto, no tiene arrugas ni deterioro alguno, de manera que existe el peligro de que imagen y espíritu no anden a la par y me convierta en una de esas viejecitas ye-ye, que tampoco .... Por favor, avisadme si me véis en esa dirección. Es posible que os mande allí donde picó el pollo...(véis?? Ya empiezo! Me quedé en los 80-90!! Socorrroooo!), pero puede que me haga recapacitar. Lo bueno es que espero que este espíritu todavía joven me ayude a disfrutar de cada momento que me ofrece la vida, que no está la cosa como para despreciar lo mucho que ésta nos ofrece cada día.

domingo, 6 de febrero de 2011

EN LA ONDA

Con esta expresión tan de modé, propia de mis queridos años ochenta, me inicio en otra locura virtual, que no sé lo que durará, pero que promete ser emocionante, por lo menos por lo que de novedoso tiene para mí. Añado ésta  a mis muchas obligaciones, así que tendré que ir pensando en hacerme un horario, como cuando estudiaba oposiciones. Por ahora, bastante tengo con haber empezado. Aquí estoy y ya veremos lo que me quedo.